domingo, 10 de abril de 2022

Canino, de Yorgos Lanthimos

 (Escrito en 2018)

Bajo una supuesta mirada fría -que en realidad no lo es tanto, sino más bien descriptiva y amoral- logra poner en liza diversos temas de índole social importante: Canino es un film que pone la piel de gallina una vez abandonas la sala de cine: por lo que muestra, pero también por lo que te hace pensar a partir de lo mostrado. Toca temas como el aislamiento, el hogar como fortaleza y al mismo tiempo prisión, la sobreprotección a la que los padres pueden someter a los hijos, la ¿necesidad? de crecer, las familias autocráticas donde lo que ordena el cabeza de familia varón es lo que se cumple, cómo se pueden formar microsociedades o sectas, etc., pero por encima de todo este largometraje trata el baremo que aplicamos a la normalidad. ¿Qué es ser normal? ¿Acaso la normalidad no va asociada a elementos culturales y aprehendidos a lo largo de nuestra infancia, pubertad e incluso adultez? ¿No está contaminada nuestra visión del mundo a partir de lo que nos han mostrado y enseñado desde renacuajos? ¿Puede existir más de una verdad y una normalidad según el enfoque y la asociación que se le de a las cosas y conceptos? Caben muchas interpretaciones porque las imágenes mostradas no juzgan: muestran y sorprenden, con escenas sobrecogedoras y dramáticas, algunas de ellas no exentas de un humor subterráneo.

Desde nuestro punto de vista, el de la sociedad occidental, está claro que es una familia de pirados y locos, donde los hijos de veintitantos y treintaitantos años son tratados y se comportan como si fueran niños; haciendo travesuras, desbordando la imaginación, recibiendo castigos de los padres, asustándose, jugando, peleando, etc., etc. Han crecido de esa manera y es lo único que han visto y vivido, no conocen el exterior, no se puede salir del casoplón si no es en coche, y ellos no están "preparados" para conducir. El director Lanthimos se encarga de ir introduciendo imágenes y escenas a las que nos vamos acostumbrando según transcurren los minutos. Me parece especialmente reveladora la escena del baile de una de las hijas (que tiene una precuela escénica) mostrada en el último tercio del largometraje: a nuestros ojos resulta chocante, extravagante, incluso hasta divertida (humor cruel) pero para ellos es lo normal, así es como se baila. Relacionado con esto, podemos observar como para los hijos el sexo, la sexualidad, está desprovista de carga erótica: es un acto necesario más: como comer, reír, chillar o hablar. Incluso el incesto, aparentemente, no tiene repercusión en ellos: no supone nada especial (aunque una vez terminado el coito vemos que no es tan así; el vínculo y sobre todo una sexualidad advertida en la hermana (ya antes se da cuenta del poder que entraña el desarrollo y aplicación del sexo cuando consigue los videos de la visitante) predomina sobre la visión aséptica del sexo, no así en el hermano). De todas formas, existe mucha más excitación en el baile que se marca (referido anteriormente) que en los actos sexuales reproducidos, cuando acaba exhausta y con la mente anestesiada y repleta de endorfinas por el placer sentido, tanto es así que incluso tiene que echar mano de una tarta (dulce) para apaciguar el estado de ánimo.

 

Podríamos hacer hincapié también en la niñez infinita de los hijos, pero me interesa más la rebeldía que demuestra una de las hermanas; que va descubriendo el mundo a partir de apenas retazos del exterior, como la visitante y los lametazos o los vídeos que consigue de ella, la utilización del teléfono escondido, etc. Como si viviera la pubertad y se rebelara. La escena del diente y posterior decisión es sublime y al mismo tiempo estremecedora. Pero más aterradora resulta la reacción del padre, que al principio parece que se preocupa (¿por su hija o porque él crea que no haya cumplido las normas impuestas?), empero una vez pasado dicho momento continua con su vida como si nada. ¿Se trata sólo de cumplir las normas? ¿De que todos los elementosde su vida encajen en el mundo que él ha creado y nadie exceda lo impuesto? ¿Acaso no hay amor paterno-filial? Cuando él es el único de la familia que lleva una doble vida: cuando está en casa y cuando sale al mundo exterior (en realidad como todos nosotros, pero de forma exagerada) (es cierto que el resto de su familia al no poder salir de la casa tampoco puede contar -y casi ni soñar- con esa doble vida): sus momentos de agresividad inspiran terror. Puto loco, me escuche diciendo en más de una ocasión.

¿Y qué decir de la fortaleza que todos erigimos como nuestro hogar? Nos ofrece confianza, seguridad,... pero al mismo tiempo nos priva de vivencias y experiencias. ¿Es necesario un equilibrio entre el hogar y la vida fuera de él?

Mas lo ya dicho, desde otro punto de vista, con otro enfoque, probablemente los locos seamos nosotros. Cuando coño no significa coño y zombi no significa zombi tal y como nosotros lo asociamos.

En definitiva, pese a alguna inverosilimitud (¿cómo no puede saber nada acerca de la sexualidad y la reproducción alguien que estudia medicina por su cuenta?) y un comienzo tal vez excesivamente lento, es una notable película que deja huella en lo emocional y mental (¡muchas dudas!); además está rodada con una pureza y un cuidado envidiable.

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