sábado, 17 de diciembre de 2011

Benjamin Button, la terrible maravilla de David Fincher

La historia más triste jamás contada.

Debo confesarlo: termino de ver por primera y única vez El curioso caso de Benjamin Button. He quedado "tocado".

La muerte está presente a lo largo de toda la película, y nunca nos abandona. Se pierden vidas cada día, algunas nos importan, pero la vida, el espectáculo, debe continuar. Cada día es nuevo, y en cambio, la tristeza se va acumulando. Un día conoces a alguien y al siguiente desaparece. El sinsentido del vivir, lo macabro de la vida, el absurdo, es el principal aroma que desprende la pieza de Fincher. Da igual que se invierta el sentido, las fases. Los seres queridos, si es que los tenemos, se irán. Nosotros nos iremos. Los sentimientos, los recuerdos se perderán. Perecer antes o después, ésa es la cuestión. Mientras tanto, nos empeñamos en perder el tiempo, gastar el reloj que cuenta lo que nos queda en este mundo. Si no estás conforme con tu vida: empieza de nuevo, nunca es tarde. Si encuentras el amor, aprovechalo. Busca nuevas experiencias y especialmente, vivir acorde a tu corazón.

Obra maestra. Magistral. Emotiva.

Puedes estar loco como un perro rabioso por como fueron las cosas. Puedes insultar, maldecir el destino pero al llegar al final... debes resignarte

No hay nada malo en llorar.