jueves, 17 de marzo de 2011

La casa de Matriona, de Alexandr Solzhenitsin

A través de este relato Solzhenitsin hace una dura crítica a la sociedad de su tiempo, a los personajes que encarnan una aldea como ejemplo, y por tanto también a la condición humana. La historia se desarrolla pausadamente, sin precipitación, con sosiego y maestría; poco a poco va introduciendo nuevos detalles, acciones, personajes, hasta conseguir un relato muy sólido. El autor refleja una sociedad representada por unos seres que demuestran exagerado egoísmo y materialismo; además de actuar muchos de ellos con actitud desleal y dañina para con el personaje principal, Matriona, que es vista y descrita a través del narrador. Las máscaras que portan en vida, las "leyes no escritas" que se empeñan en seguir a rajatabla, la precipitación y las prisas por hacerse con algo que no les pertenece, el aprovechamiento de una persona que está en desigualdad a la hora de defenderse, la poca previsión, las costumbres que se instalan como tradiciones sin sentimientos (¡ay, las plañideras!), etc., etc. Son muchos los negativos rasgos humanos que nos son descritos y que siguen teniendo vigencia a día de hoy, como la tuvieron en el pasado y la tendrán en el futuro. Porque si algo debemos tener claro es que, la condición humana es incapaz de cambiar, ni mucho menos para bien.

La historia nos es introducida por el narrador, que también es protagonista, aunque "aséptico", que apenas interviene en los momentos decisivos; nos cuenta lo que hace, siente y pasa, pero realmente no tiene ni voz ni voto, ni valor para mojarse, o al menos esa es la impresión que me transmite. Aun siendo una especie de homenaje hacia Matriona este relato, uno se pregunta si no podría haber hecho más por ayudarla. Quizá no: ya que hay pocas cosas más bonitas que el entendimiento mutuo y la aceptación a través del silencio, de las pocas palabras.

De Matriona, sin duda la gran protagonista de la historia, me gusta por encima de todo que sea una anciana, una vieja, ya que a estas personas que sobrepasan cierta edad, solemos olvidarlas consciente o inconscientemente. No llaman la atención, incluso parece que molesten. Se nos muestra como alguien demasiado servicial, no tengo claro si bondadosa o no (el narrador opina que sí), repleta de dolores, que vive en la miseria. Ella, con la historia de su vida pasada a cuestas (que si la pensión, que si su marido, que si el hermano, que si su ahijada, etc.) , sigue pareciendo querer seguir adelante en la vida; trabajando lo indecible, ya que para ella el trabajo se convierte en su vida, le hace sentirle útil y le llena. Aunque los sobresaltos y la presión que tiene que soportar (y que muchas veces ella se empeña en soportar sin que se lo pidan), parecen abocarle hacia el desenlace (im)previsto. Un desenlace, que como cuenta el narrador, bien podría haberse evitado con mayores dosis de, a saber, humanidad, previsión, planificación, generosidad, etc., y menores de corrupción, falsedad, envidia, marrullería, y chapucería.

Aquí me enteré de que el llanto por un muerto no es una mera expresión de dolor, sino una política sui generis.


Título: La casa de Matriona
Autor: Alexandr Solzhenitsin
Traducción: Julia Pericacho
Editorial: Seix Barral (de la colección Obras Maestras de la Literatura Contemporánea, junto al relato Nunca cometemos errores) (actualmente descatalogado)
85 páginas

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