domingo, 15 de septiembre de 2019

En otro país, de Hong Sangsoo

Sangsoo tiene una especie de varita mágica que hace que aunque al principio no esté gustándote especialmente el film, una vez finalizado el visionado casi acabas aplaudiendo con las orejas. Se le podrá criticar la sencillez de los diálogos, "que no trata sobre nada" (las mejores conversaciones son las que no tratan sobre nada y lo hacen sobre todo), que se repite, etc.; pero en cada largometraje introduce nuevas situaciones y variantes que hace que todo cambie. Utiliza la aliteración cinematográfica, si es que ese término existe, para seducir al espectador. Es decir, sus historias son al mismo tiempo alternativas e intercambiables, con variaciones que a su vez las convierten en distintas, introduciendo elementos de unas en las siguientes, repitiendo escenas en otro escenario y otras circunstancias, variando el devenir. Juega con la realidad filmíca a su vez introduciendo sueños en estas historias alternativas que consiguen crear nuevas historias alternativas. Sin grandes artificios (utiliza una cámara fija en las escenas y el zoom para resaltar una situación o un pensamiento) pero con un genio difícil de igualar. ¿Hace un realismo mágico (a la coreana) cinematográfico? ¿Su cine es (haruki)murakamiano?

En la película que nos ocupa incluso podríamos decir que en la intro muestra su (o una forma) de trabajar: para olvidar el presente una joven cineasta (que a su vez es personaje secundario de las historias que crea) se dedica a escribir un guión, que en realidad es la película en sí. Consta de tres historias con una misma protagonista que no es la misma (en cada una de ellas está en una situación distinta), aunque en esencia sí (la forma de ser, el nombre, su atractivo innato), como queriendo decir que dependiendo de los caminos que tomemos en la vida (y tomen los que nos rodean) podemos convertirnos en, estar en determinadas situaciones, pero ay, nuestra personalidad es la que es. Anne, la gran protagonista interpretada por Isabelle Huppert, en el primer caso es una cinesta invitada por un director de cine a pasar la estancia en un hotel de Mohang, en el segundo llega sola porque espera al amante aprovechando que su marido está de viaje, en el tercero va con una amiga para animarse y olvidar que se ha separado de su marido porque le ha puesto los cuernos con una coreana. Lo importante, no obstante, está en los detalles y en cómo juega con las "realidades", como si fueran posibilidades de una misma vida, y a su vez crea esos falsos déjà vu característicos de su cine. Por poner en situación, con brevedad: en la primera historia Anne conoce a un socorrista mientras da un paseo por la playa, al que después rechaza delante de sus amigos en una barbacoa, para al día siguientes ir a entregarle una nota romántica de lo que pudo (y quiso) que hubiera sido. También se hace notar la atracción que siente el cineasta que la acoge (junto a su esposa muy embarazada). En la segunda historia el amante (también director de cine, aunque representado por otro actor/personaje) le llama diciendo que se retrasará porque llegará tarde, y antes de su llegada es donde se producen las ensoñaciones de Anne precisamente relacionadas con la llegada prematura de su amor (¿quién no ha soñado/fantaseado con su amado/a?), que podrían pasar por historias reales. Y es en una de esas ensoñaciones donde en esta ocasión aparece el socorrista, para alimentar los celos de su amado, que asimismo no quiere que les vean juntos por ser conocido. Una vez despertada, al recibir un mensaje del director en el que se lamenta por no poder acudir por complicaciones, Anne se topa con el socorrista y le sigue hasta su tienda de campaña, que acaba con una invitación de éste a que entre y ella decide rechazar. Después su amado le dará una sopresa, que será seguida con detenimiento por el socorrista con unos prismáticos. En la tercera historia Anne conoce al conocido director de cine que aparece en la primera escena, que a su vez quiere ligar (y que también ha ido a Mohang con su mujer embarazada) con ella. Como novedad (además de su amiga) respecto a las dos historias anteriores, un monje budista cobra protagonismo, y a su vez es mostrada su extraña forma de pensar. En ésta última Anne conoce también al socorrista en la playa (como en la primera historia), aunque con soju (bebida alcohólica coreana por antonomasia) de por medio, y por fin acaba como querríamos que hubieran acabado las dos primeras. No es tema baladí el detalle del soju, Sangsoo parece reflexionar acerca del papel del alcohol para que actuemos (los humanos) como queramos en materia social y sexual, para desinhibirnos de la realidad y de las preocupaciones y de los prejuicios. Mas las conversaciones y las repeticiones y alteraciones de dichas conversaciones en distintas situaciones son la esencia del film.

Un film que también tiene sus momentos cómicos, especialmente en los que la novia embarazada del director cobra protagonismo.



Valoración: 6,75/10.

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