lunes, 18 de noviembre de 2019

The Square, de Ruben Östlund

Un truño. Un film pretencioso, hecho para epatar, aburrido, sin gracia. Por desgracia, Östlund opta más por el postureo moderno (bellas imágenes inconexas, muy bien rodado, blablabla) en lugar de ofrecer profundidad y cae en los tics y hábitos que supongo, quería denunciar con The Square, aunque uno no está tan seguro de si lo que en realidad deseaba era enaltecer dichas conductas. Habiendo visto con anterioridad la apreciable Fuerza mayor, las esperanzas depositadas se van perdiendo con el transcurso de los minutos, uno incluso llega a pensar que el sopor y el sueño que provoca en los primeros minutos es a propósito con la intención de mostrar las vidas aburridas y desconectadas de los (pequeño)burgueses, la impostura del arte (¿si se expone en un museo cualquier cosa pasa a ser arte?) y de los críticos/artistas/prescriptores, las actitudes civilizadas (y cobardes e insolidarias) socialmente impuestas, etc. Pero es que es todo el rato así de insulsa. Casi dos horas y media. Con secuencias que tienen difícil conexión entre sí, que no están bien entrelazadas; con algunas de supuesto humor que es bastante deficiente, etc. Por hacer una comparativa con otro film que es crítico con la parte de la sociedad que refleja, que es la misma (puede resumirse en el vacío existencial y el encorsetado social de la burguesía), Toni Erdmann de Maren Ade, de duración similar (algo superior) y rodado en la misma época, es mucho más divertido y gracioso que la descrita. Buf.



Valoración: 2/10

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